Una rutina que acaba
Hoy escribo este articulo, como a mi me gusta denominarlo, aunque otros pensaran que no merece tal calificativo, con sentimientos encontrados. Me explico. Alegría, al comprobar que un buen amigo se ha sumado a este rincón, no se si le había comentado la existencia del mismo, que ahora también lo puede considerar suyo, pero el comprobar que lo ha visitado y ha dejado comentario, pues me alegra muchísimo. Y tristeza porque hoy se me acaba una rutina que venía ejerciendo durante algunos meses. Una rutina que va ligada a GH, ese programa de televisión que engancha por lo bien elaborado que esta, y por todo lo que lo rodea, y que pone fin a una gran edición, la 10ª, que nos ha devuelto la ilusión por el mismo, mostrándonos a dos “personajes” que desde el inicio se le cogió mucho cariño por mostrarse como son. Me refiero a Chiqui, y sobre todo a Iván. Dos grandes concursantes que han sabido llevar en bolandas el interés del programa, sin parecer actores, y que han dado grandes momentos con sus bromas, sus charlas y su amistad.
Como digo esa rutina acaba, y quiero explicar cual era. Yo casi todos los días, desde el inicio de esta edición, acudía a la cita de un blog fantástico, para mi de los mejores que hay, “El Gato encerrado”, que escribe fabulosamente sobre GH, con unas expresiones y una narrativa, que ya la quisiera para mi. Con sus comentarios, sus fábulas y su forma de escribir, me atraparon desde el primer momento, consiguiendo, sin duda, que el interés sobre GH aumentará cualificativamente. Es más, tengo que confesar que si ahora estoy inmerso en esta aventura de este rincón, es en gran medida a él, porque fue ese blog el que me inspiro a crear este, y a dar riendas suelta a todo aquello que me viniera en gana escribir, aunque como ya digo, ni con la mitad de calidad que él. Siguiendo con la rutina, los martes antes - y desde hace una semana, los jueves - era el día en que me quedaba petrificado delante del televisor esperando escuchar la sintonía de GH y ver aparecer a la gran Mercedes Milá, dando inicio a unas cuantas horas de diversión. Ahí me tenía hasta la una y media pasadas de la madrugada, donde no me movía ni para ir al servicio, fumando de tanto en tanto, y con mi bolsa de palomitas, como gran fororo. Luego estaba los viernes, el único día de la semana que podía ver los resúmenes diarios, que igualmente me enganchaba. Y para concluir, estaba los domingos, donde también a altas horas de la noche, emitían el Debate GH, presentado por Jorge Javier Vázquez, y donde gracias a él y sus colaboradores – genial como casi siempre Belén Rodríguez – resumían lo acontecido durante la semana, y avanzaban como creían ellos que iba a continuar la siguiente. En resumen era esta la rutina, a la cual me había acostumbrado con mucho gusto, perdiendo horas de sueño, pero ganando en ilusión y en diversión. Ahora me entristezco, pero a la vez, aguardo esperanzado a volver a ella, la próxima edición que espero sea pronto. Y puestos a soñar, estando yo dentro de esa Casa Mágica que es GH.
Desde aquí el rincón delqueescribe volver a dar la bienvenida a Perolet, que espero nos visite más a menudo, y a los otros visitantes, si aún están, que vayan comentando, si les parece bien, puesto que dan vida a este humilde rincón.
Hoy en mi sección de jugadores puff, hablaré sobre un jugador que vino a España, con un nombre desconocido para el gran público, pero por el que se pago un precio de estrella mundial. Se ve que en Turquía donde jugaba, era una crack, hasta tal punto, que dirigentes políticos intentaron boicotear el fichaje. Aquí en España, no pasó de ser un mediocre jugador, donde nunca encontró su sitio, ni siquiera cuando fue cedido al modesto Rayo Vallecano, y el Real Madrid equipo que lo trajo, se estuvo lamentando hasta que lo vendió, de su mala vista a la hora de ficharlo. Su nombre Elver Balic.
4 comentarios
Perolet -
Siento no poder comentar nada del artículo de hoy, pero no he visto ninguna edición de gran hermano.
Pero cuando tenga algo que decir, aquí estaré.
Un saludo, escritor!!!
Abel Castro -
Elqueescribe -
Blanca Segarra -