Los soñadores, una especie a cuidar.

Los soñadores existen, gracias a ellos (donde también me incluyo) la vida ha ido evolucionando. Los inventores, los artistas, los políticos, los guerreros, los aventureros, los científicos y demás, con su trabajo, sus ilusión y sus logros, y claro sus sueños,  han provocaron que saliéramos de las cavernas, que se habitara casi toda la Tierra, que se pudiera volar, navegar y hasta ir a la Luna. Que la comunicación y la información se pueda realizar en tiempo real, aunque se este en el otro punto del planeta. Que se hayan descubierto enigmas, vacunas, y demás, que han provocado que nuestra vida sea más larga y duradera, todo ello y mucho más que queda por descubrir en gran medida, es gracias a esos antepasados y contemporáneos soñadores, y lo que se vaya logrando, estoy seguro que será también gracias a esos inconformistas soñadores que quieren siempre ir más allá de lo que ahora se puede ir.

 

Tener sueños es lo que alimenta la vida, nuestra existencia, es el dulce pan de leche en el que deberíamos alimentarnos. Nos iría mejor a todos, si fuésemos más soñadores de lo que somos, y aunque muchas veces estamos mal vistos, un soñador en la vida de cualquiera es imprescindible. Nada mejor que alguien que de cuatro latas modela un coche, o que de un trapo hace un balón, o que de cuatro hierros te crea una bicicleta. O que de la nada se saca un chiste, o un conejo de la chistera... Esos soñadores son los que hacen falta.

 

Esta oda a los soñadores, donde insisto me quiero incluir, sin duda es posible que venga provocado porque he estado leyendo un libro recomendable a todas todas, que habla de ellos, y lo positivo que estar de tanto en tanto, ensoñando, y su titulo es “Cuento que regalar a un soñador”. Sin duda después de leerlo uno puede reconocerse, asustarse o aborrecerlo, pero desde luego, nunca podrá permanecer pasivo a lo que de ahí lea.

 

Desde aquí el rincón delqueescribe llamar a la liberación de ese soñador que todos tenemos dentro, que se luzca, se ponga sus mejores prendas y salga a la calle con el propósito de cumplir sus sueños, que para eso están, o simplemente, para disfrutar soñando.

 

Hoy en la sección de jugadores puff, que tengo que reconocer que va a dar un giro en su formato original de incluir un jugador por equipo, quiero referirme a un jugador costarricense que aterrizó hace ya unas temporadas en nuestra liga, a un equipo con gran cantera, que por esos años, la empezó a descuidar con fichajes de “campanillas” como este, y que lo pagó caro. El jugador en cuestión era un delantero prometedor de Centroamérica, que tenía muy buena planta y que se había hartado de marcar goles haya donde había jugado. Responde al nombre de Roland Gómez, que sin duda no dejó gran recuerdo en el Sporting de Gijón, y que después de un temporada sin pena ni gloria recalo en el Hercules de Alicante, que tampoco lo quisó al poco tiempo. Es el claro ejemplo de gran promesa americana que no cuaja en Europa.

 

 

http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_961531847/Ronald_G%C3%B3mez.html